22/6/10

Egoísmo.

¿Cómo hacer para estar frío frente a una situación de tristeza? ¿Cómo un ser humano, en un momento de profundísimo dolor, tiene que hacer para, de cierta forma, sentirse aliviado por el otro?
Cuando una persona se va, cuando un ser querido pasa a ser alguien que ya no está, cuando esa persona que tanto queremos se muere, es imposible pensar en que es algo bueno, en que está en un mejor lugar. En ese momento, en el momento de la despedida, todos los que quedamos pensamos en que la vida es injusta, en que esa persona no se tenía que ir, en que tenía mucho más por vivir, en que teníamos mucho más por compartir. Tal vez, en algunos casos y sólo por un rato, sentimos cierto alivio pensando que el que se fue dejó de sufrir. Pero eso sólo por un rato. Cuando nos damos cuenta estamos otra vez tratando de buscar un culpable, alguien o algo a qué echarle toda la culpa. Nosotros nos sentimos las víctimas porque nos dejaron sin esa persona tan especial, porque en todo lo que nos quede de vida no la vamos a tener para que nos dé un buen consejo, para poder compartir con ella una charla con unos buenos mates de por medio.
Cuando el tiempo, quien lo cura todo, pasa un poco; cuando el dolor se aplaca un poco; cuando nuestra cabeza empieza a volver a las obligaciones y al ajetreo de siempre, caemos en la realidad de que al final de todo, no hay un culpable cuando una muerte es natural. Que si esa persona que no está más con nosotros, es por algo, aunque bien sabemos que nunca lo vamos a entender. De a poco empezamos a meternos en nuestras mentes que nosotros no somos víctimas de nadie, que nadie conspiró contra nosotros para hacernos sufrir; que nadie usó a ese ser querido para vengarse de nosotros por algún error cometido en el pasado. Empezamos a entender que si nosotros somos víctimas de algo, es tan solo de nuestro egoísmo.
Tenemos que comenzar a pensar que, aunque duela, la persona que se va, se va a un lugar mejor, mucho mejor que en el que estamos nosotros. Las buenas personas son las que más rápido se van, vaya uno a saber por qué. Tal vez porque se merecen ser recordados por más tiempo. Tal vez porque en vida hicieron tantas cosas buenas por los demás, que ya sus cuerpos y sus mentes necesitan descansar, reencontrarse con sus seres queridos que los habían dejado tiempo atrás.
Sólo podemos sacar conjeturas; nunca vamos a obtener una respuesta concreta, consisa y verdadera sobre el por qué de la muerte temprana o repentina de alguien realmente bueno y querido. Lo que podemos empezar a hacer para que esa persona pueda empezar a descansar en paz lo más rápido posible, en lugar de lamentarnos por las cosas y momentos que nunca podremos compartir, es dejar nuestro egoísmo de lado y pensar en las cosas hermosas que vivimos y en lo que ese ser querido nos dejó como legado.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario